Posidón o Poseidón (griego antiguo: Ποσειδῶν
, romanización: Poseidỗn, pronunciación: clásica: poseːdɔ́ː̀n
, Koiné: po̞siːdˈo̞ːn , bizantina: posiðˈon) es el dios del mar, las tormentas
y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos en la mitología griega. El
nombre del dios marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno
(Neptunus) en la mitología romana, siendo ambos dioses del mar análogos
a Poseidón. Las tablillas en lineal B muestran que Poseidón fue venerado en Pilos
y Tebas en la Grecia micénica de finales de la Edad del Bronce, pero fue
integrado en el panteón olímpico posterior como hermano de Zeus y Hades.
Poseidón tuvo muchos hijos y fue protector de muchas ciudades helenas, aunque
perdió el concurso por Atenas contra Atenea. Le fue dedicado un himno homérico.
En su aspecto benigno, Poseidón se concebía creando nuevas islas y ofreciendo mares en calma. Cuando se enfadaba o era ignorado, hendía el suelo con su tridente y provocaba manantiales caóticos, terremotos, hundimientos y naufragios. En la Odisea, su rencor hacia Odiseo impidió a éste regresar a su hogar en Ítaca. Los marineros oraban a Poseidón para tener un viaje seguro, a veces ahogando caballos como sacrificio; de esta forma, según un papiro fragmentario, Alejandro Magno se detuvo en la costa griega antes de la Batalla de Issos y recurrió a las oraciones, «invocando al dios del mar Poseidón, para lo que ordenó que un carro de cuatro caballos fuese lanzado a las olas.»
Según Pausanias, Poseidón fue uno de los guardianes del oráculo de Delfos antes de que el olímpico Apolo lo sustituyese. Apolo y Poseidón colaboraban estrechamente en muchos ámbitos: en la colonización, por ejemplo, Apolo Délfico daba la autorización para partir y asentarse, mientras Poseidón cuidaba de los colonizadores en su viaje y proporcionaba el agua purificadora para el sacrificio fundacional. En su Anábasis, Jenofonte describe a un grupo de soldados espartanos en 400–399 a. C. cantando un peán a Poseidón, un tipo de himno destinado normalmente a Apolo.
Como Dioniso, que enfervorizaba a las Ménades, Poseidón también provocaba ciertas formas de perturbación mental. Un texto hipocrático de c. 400 a. C., Sobre la enfermedad sagrada, afirma que era considerado culpable de ciertos tipos de epilepsia.
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